martes, 26 de mayo de 2015

Dedicado a las viejas oportunistas

- No te van a pagar - escucho una voz de señora detrás mío.

Eran las 5 y algo de la tarde, yo estaba en Corrientes y Maipú a punto de cruzar la avenida, parada sobre la senda peatonal en vez de en la vereda, cuando escucho esa voz a mis espaldas, que me habla.
Como siempre, miré alrededor a ver si había alguien más pero no, me hablaba a mí.

- Eh?
- Si te parás ahí, te van a pagar menos -insiste - Parate en la vereda.
(loading....)
(Got it: me está hablando del seguro en caso de que me pise un auto)
- Ahhh, usted se refiere al seguro. Ok, gracias.

La miré de arriba a abajo, era una señora entrada en años, toda pintada y vestida, o sea bien digamos.
Mientras me habilitaba el semáforo para cruzar, pensaba: Qué te importa, vieja de mierda? Esto es corrientes y maipú. Hay testigos a lo ganso. Por ser peatona estoy en ventaja siempre. Qué te importa?
Y me fui caminando rapidito.

Mientras hacía la primer cuadra, junté toda la información, y entonces me vino la conclusión sobre esa señora, de repente: Señora arreglada, pintada, vestida, que lo PRIMERO que piensa es en plata, en cuánto va a cobrar, en si cobra más, o menos; porque no puede ser que ni hola, ni disculpá: el approach fue directo a hablar de plata, a dar un tip a una piba que ni le importa, entonces, evidentemente, plata es en lo único que está pensando todo el tiempo, y calculando, calculando.

A esa vieja le puse la cara de la yegua que está casada hoy con mi suegro, un señor muy mayor, que cree que le está haciendo un favor mientras está firmando todos los documentos posibles para terminar quedándose solito en la calle. Esa que hizo laburo fino vaya a saber hace cuándo, para enemistar a mi suegro con todos sus hijos, al punto de llegar a darle vuelta la cara incluso a su nieta de 4 años que no entiende por qué el abuelo no la saluda más. La que está haciendo todo lo posible para quedarse con una casa que no vale dos pesos, en un barrio que no vale ni uno, caiga quien caiga, con abogados, persiguiéndonos a todos, para "arreglar" algo que no tiene arreglo. Por suerte mis suegros criaron hijos unidos entre ellos.
También le puse la cara de la otra vieja zorra que le calentó la pava a mi abuelo pero no quiso saber nada hasta no casarse con él, así podía cobrar la jubilación.
Le puse la cara de todas las viejas chotas, hijas de puta, oportunistas, calculadoras, que no se les mueve un pelo a la hora de romper una familia, de destrozar vínculos que cuestan un huevo, con tal de quedarse con plata, con bienes, con cosas.

Así son estas minas: piensan primero en la plata, en qué pueden conseguir, después viene todo lo demás.
Las odio a todas con todas las fibras de mi ser.

Vieja de mierda, que me hablaste, donde quiera que estés pululando ahora, ojalá te quedes en la ruina. Como a esas que mencioné.

Saludos