lunes, 6 de julio de 2015

Colecho

Cuando recién empecé a dejarlo dormir solito en el catre o en la cuna, yo decía que practicaba cohabitación con mi bebé... pero para qué mentir... Sí, a fin de cuentas, terminamos colechando.

Antes pensaba que se iba a quedar dormidito en su cuna toda la noche, pero no: casi todas la noches él se despierta a la madrugada y me llama, y yo lo atiendo, medio dormida, y me lo llevo conmigo. Otras veces, es la única forma de que logre conciliar el sueño.
Y mi bebé es feliz; él, también dormido, toma pecho y se tranquiliza; veo su expresión de paz absoluta y me duermo tranquila, como mamá loba con el pecho al aire y su cachorro prendido.

Siento que así es como debía ser siempre, como estamos hechos los seres humanos... Sí, en algún momento, más temprano que tarde, tendrá que pasar a su cama, y será un dolor de cabeza para mamá, papá y él mismo, pero ahora no: ahora disfruto de tenerlo conmigo y por lo general, cuando estamos así, no tengo ganas de pasarlo a la cuna, de separarlo de mí.
Bastante tiempo estuvimos separados durante el día, mamá trabajando y él jugando con maestras que lo quieren y con compañeros, pero no es lo mismo.

Tengo que confesar que alguna que otra vez el instinto me despertó y lo encontré tapado con sábana y frazada hasta la cabeza, y me asusté mucho, y aún el recuerdo me asusta y me sobresalta, pero un poco confío en que por un lado, mi instinto me va a guiar, y por otro lado mi bebé tambien, a medida que vaya creciendo y haciéndose más fuerte... No creo que sea la única que haya pasado por esto practicando colecho con su bebé.

A veces, mi bebé mismo es el que quiere la cuna, para estar más cómodo, como está pasando mientras escribo... pero aunque esté durmiendo tan tranquilo, siento que me falta algo, siento la necesidad de tenerlo cerca, pegadito a mí, como me imagino que él, a veces, necesita también el contacto de Mamá.

Sólo pensaba. :)